CIUDAD JUÁREZ.- El ex basquetbolista Eduardo Nájera, cerró el ciclo de conferencias organizadas en el marco de la celebración por el 25 aniversario de la Universidad Tecnológica de Ciudad Juárez (UTCJ), al compartir con los estudiantes el camino que lo llevó a ser el segundo mexicano en jugar en la Asociación Nacional de Basquetbol (NBA, por sus siglas en inglés).
La ponencia tuvo lugar en el aula magna de esta casa de estudios, donde el originario de Meoqui, fue recibido por directivos de la institución, encabezados por el rector, Carlos Ernesto Ortiz Villegas.
También acudieron el secretario de Educación y Deporte, Francisco Hugo Gutiérrez Dávila; el subsecretario de Educación Media Superior y Superior, Manuel Guillermo Márquez Lizalde; el rector de la Universidad Autónoma de Chihuahua, Luis Alfonso Rivera Campos; y el presidente de la Academia STEM Latinoamérica, Francisco Wilson Robles.
Durante su participación, Nájera Pérez recordó que, en un inicio, el basquetbol no fue su pasión, sino que se decantaba por el beisbol gracias a la inspiración que le aportó su padre, Servando Nájera.
No obstante, la vida le tenía deparada una sorpresa, que se materializó con el ofrecimiento de una beca para estudiar en la preparatoria Cornerstone, en San Antonio, Texas.
Ahí descubrió su talento para el deporte ráfaga, y su buen desempeño en la duela le daría la oportunidad de vestir los colores de la Universidad de Oklahoma, equipo que defendió durante tres años.
«Sabía que tenía la gran oportunidad de llegar a ser uno de los grandes, al ser nominado al tercer equipo All American, y en el draft del 2000, fui elegido en el puesto 38 de la segunda ronda, por los Rockets de Houston. Sin embargo, de inmediato fui trasladado a los Mavericks de Dallas», narró.
Además de los Mavericks, a lo largo de 12 temporadas Nájera tuvo la oportunidad de jugar para los Guerreros de Golden State, los Nuggets de Denver, los Nets de Nueva Jersey, y los Bobcats de Charlotte.
En su mensaje, Eduardo Nájera compartió con las y los universitarios que el fallar no es el problema, sino el no levantarse para seguir intentándolo, y los motivó para que sigan su pasión y complementen su formación profesional con la práctica de algún deporte.